Parece que la 4T, más que movimiento político, es un boom inmobiliario, porque Latinus informa que Alfonso Durazo y su familia también tienen varias propiedades con valor de más de 214 mdp. Así como Irma, Manuel, Julio y Olguita.

Esos desgraciados de Latinus tienen un problema con las casa ajenas, porque en un reportaje dado a conocer el jueves 20 de mayo, Durazo habría ocultado nueve propiedades en México y en Arizona. 

De acuerdo con la investigación de Mario Gutierrez Vega, Durazo ha cubierto esta propiedades con la creación de una empresa de bienes raíces llamada inmobiliaria Alta Sierra; una compañía que bien curioso, no se dedica a comprar y vender los bienes inmuebles, sino a conservarlos. 

Bueno, pues también curioso, porque la esposa y dos hijos de Ponchito son los accionistas…  mientras que él fungió como el administrador único antes de ser miembro del gabinete de la 4T.

Entre las compras hay un terrenito de austeras mil hectáreas, en la fracción “Y “ del Rancho el Alamito, en Agua Prieta, Sonora, una que otra casita, algunos localitos que se le rentan a negocios fifís, ya saben, combatiendo como sea a los rapaces y un edificio que se renta a la Secretaría Pública del Estado. 

¿Y por qué poner esos inmuebles en una empresa aparentemente fachada, si esos inmuebles deben de ser producto del trabajo y sudor en la amplia frente del exsecretario de seguridad? ¿Acaso es para no tener que mencionarlos en la declaración patrimonial como funcionario público?

Pues parece que sí… otro caso inmobiliario más para Irma Eréndira Sandoval, quien hizo a bien darle una revisada a las 23 casitas y dos terrenos del Diablito Mayor de la CFE, Manuel Bartlett y no encontró nada que señalar. Ni sobre el depa de lujo de Julio Scherer de 22 mdp que no declaró en Nueva York, o el de Houston con Olguita Sánchez… o bueno, sus propias casitas no declaradas, las cinco que adquirieron ella y su esposo John en 9 años con sus sueldos de académicos.