Empresas vinculadas a Raúl Salinas de Gortari, hermano del expresidente Carlos Salinas de Gortari obtuvieron de manera poco clara contratos por más de 1,172 millones de pesos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) que dirige Manuel Bartlett.

Grupo IUSA, cuyo director general adjunto desde 2008 es Raúl Salinas de Gortari y es propiedad del empresario Carlos Peralta, con quien lo une una amistad de décadas trascendieron la barrera de la “Cuarta Transformación”.

En 2017 la organización Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad denunció ante la Comisión Federal de Competencia la forma en que esta empresa, junto con Controles y Medidores Especializados (CONYMED), propiedad de Peralta Quintero, en tiempos de Peña Nieto ganaron prácticamente la totalidad de las licitaciones para la adquisición de watthorímetros convocadas por la CFE por más de 11 mil millones de pesos, violando presuntamente la Ley Federal de Competencia Económica.

Entonces el Despacho de Investigación y Litigio Estratégico (DILE) llevó a cabo formalmente la denuncia ante la COFECE, misma que duró más de 2 años. Peralta es un acaudalado empresario mexicano que heredó la empresa de su padre, Alejo Peralta y quien ha sabido estar siempre conectado al poder para que le suministre jugosos contratos.

No es de extrañarse la cercanía, la colusión y la estrecha vinculación con la paraestatal, tanto así que el acaudalado responsable de comunicación de la CFE en tiempos de Alfredo Elías Ayub, Estéfano Conde, pasó a ser el Director de Relaciones Institucionales de Grupo IUSA y operador de Peralta.

De hecho, Conde violó la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos, pues salió de la vocería de la CFE el 12 de febrero de 2014 e ingresó como Director de Relaciones Institucionales y Comunicación Corporativa de la empresa de Carlos Peralta el 15 de agosto de 2014.

La citada ley señala que “Durante el desempeño de su empleo, cargo o comisión, y un año después, los servidores públicos no podrán solicitar, aceptar o recibir (…) dinero o cualquier otra donación, servicio, empleo, cargo o comisión (…) que (…) se encuentren directamente vinculadas, reguladas o supervisadas por el servidor público en el desempeño de su empleo”.

Cabe recordar que además de la estrecha cercanía de Peralta y los Salinas, a quienes presume como sus amigos y a quienes ayudó en sus momentos más difíciles, Manuel Bartlett, actual titular de la CFE, es un viejo conocido de ellos, pues fue el operador de la caída del sistema cuando era titular de la otra CFE, la Comisión Federal Electoral en 1988, cuando se denunció el famoso fraude que finalmente llevó a Carlos Salinas de Gortari a Los Pinos.

En 2017, Mexicanos Contra la Corrupción, describió de esta manera el modus operandi de IUSA y CONYMED para quedarse con la inmensa mayoría del pastel de los medidores: “Los contratos con la CFE fueron resultado de una licitación pública internacional para adquirir watthorímetros, nombre técnico que se les da a los medidores de luz. En ese concurso ganaron Comercializadora IUSA Medidores S.A. de C.V. y Controles y Medidores Especializados S.A. de C.V. En la licitación, las dos empresas participaron como si fueran dos compañías diferentes, sin vínculos, cuando en realidad no es así. Controles y Medidores Especializados es una compañía ligada a Carlos Peralta Quintero, presidente ejecutivo y director general de Grupo IUSA”.

Y añade: “La estrategia para asegurar los contratos funciona sin problemas desde 2013, año en que Controles y Medidores Especializados comenzó su historia en las licitaciones, esta empresa y otras del Grupo IUSA han recibido contratos de la CFE, por la adquisición de medidores, que en conjunto suman poco más de 11 mil 833 millones de pesos”.

La estrategia es simple: de manera mañosa, la CFE hoy como antes, solicita medidores en características y cantidad tal que el único que puede cumplir con el pedido es IUSA y su supuesta “competidora” Controles y Medidores Especializados, porque existe un acuerdo previo y sólo estas empresas tienen el inventario suficiente para cumplir con el pedido, el cual no habrían fabricado si no tuvieran la seguridad de que van a ganar la licitación. Todo es, pues, una simulación.

Luego de dos años de litigio, la COFECE se rindió y dio a conocer el cierre de la investigación “por posible colusión en mercado de medidores” en contra de Grupo IUSA y la empresa Controles y Medidores Especializados (CONYMED). Asimismo resolvió que “no es posible sancionar la práctica monopólica porque ambas empresas pertenecen a un mismo Grupo de Interés Económico y no son competidoras entre sí”.

MCCI, por su parte publicó que “no obstante, la autoridad reconoce que, entre 2009 y 2018, Grupo IUSA obtuvo adjudicaciones por parte de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) prácticamente en el 100% de las licitaciones, pues las bases de los concursos pedían especificaciones de watthorímetros prácticamente idénticas a las patentadas por IUSA. También emitió una recomendación a la CFE para buscar abrir las licitaciones a nuevos participantes con el fin de ofrecer precios más competitivos al Estado”. Pero nada más. Los Peralta y los Salinas pueden seguir disfrutando, como en los tiempos del “neoliberalismo”, de jugosos contratos a modo de los impuestos de los mexicanos.

Mexicanos contra la Corrupción advierte que “con el fin de que se sigan sentando precedentes judiciales y para buscar que, a pesar de ser parte de un mismo grupo, las empresas que pretendan dañar el proceso de competencia al celebrar acuerdos colusorios para acaparar un mercado puedan ser sancionadas, se impugnará ante el Poder Judicial de la Federación el cierre de la investigación dictado por la COFECE. De esta manera, los tribunales federales deberán resolver si Grupo IUSA viola o no la Ley Federal de Competencia Económica”.