En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, da mucho gusto que el gobierno, las asociaciones y la sociedad se asumen como aliados a capa y espada… pero ¿cuántos lo somos más de un día o dos al año?

Hoy se recuerda el acto que le dio fuerza a este día en Latinoamérica.  La conmemoración de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana que fueron asesinadas de manera salvaje el 25 de noviembre de 1960, esto por orden del dictador dominicano, Rafael Trujillo. Hechos violentos que acrecentaron la lucha social en ese país y que concluyeron con el asesinato del gobernante en 1961. 

Y a partir del año 2000 cada 25 de noviembre es la fecha se usa para decir alto a la violencia de género en Latinoamérica, región donde se concentran 14 de los 25 países con más feminicidios en el mundo de acuerdo con un estudio difundido por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Por si se lo preguntaban, México ocupa el segundo lugar en 2018 con 898. 

Hoy, condenamos que en México nueve mujeres son asesinadas diariamente y por lo regular, por su pareja. Pero al mismo tiempo que nos indigna, somos una sociedad que sistemáticamente violenta a las mujeres y por si fuera poco… no les creemos. 

Si es una mujer bella “se lo buscó”, si es poco atractiva “le hicieron un favor”, si los padres reportan la desaparición de su hija, el ministerio contesta “no se fue con el novio”; sí en ese ministerio acude una víctima, lo primero que le preguntarán será, casi en automático “¿qué llevaba puesto”. 

Hoy Twitter pasó del amor al odio a las mujeres, porque en cuestión de horas, esas valientes chicas se convierten en “unas dramáticas mal cogidas”; que por organizar marchas, que por rayar monumentos y por exigir que sus derechos se respeten y que se haga justicia ante las violaciones y feminicidios. 

Pero al final del día, se juzgan los destrozos, los desmanes y a las vándalas… pero se les olvida mencionar que, independientemente de lo que se piense de los daños a los inmuebles, una vida siempre habría de valer más que un pared rayada o un vidrio roto;  y que las acciones encabezadas por estas mujeres son consecuencia de la violencia de género generalizada y poco o nada atendida en México.  Lástima, tan bellos que eran los tweets al inicio del día…

Y es que esta doble moral nos ataca a todos, a hombres y mujeres y es producto de una cultura donde siempre se busca lo fácil… en este caso, es más sencillo fingir que nada pasa o atacar a quienes se quejan porque interesarse significa enfrentar la verdad: TODOS SOMOS PARTE DE LA VIOLENCIA, INCLUSO CUANDO LA IGNORAMOS Y SE LA PERMITIMOS  A LOS DEMÁS.  

Por ejemplo ¿Ustedes creen que escribir en Twitter un comentario troll en sobre un caso de #MeToo es simplemente chistoso? ¿Creen que ustedes no son parte del problema cuando “por diversión” escriben cosas como “Pues hubieras cerrado las patas o lo hubieras denunciado antes”? Si creen que es una broma… deberías plantarse que ustedes también son parte de esta terrible crisis. 

¿Conoces a un acosador o a alguien que lleve a cabo conductas tóxicas en contra de las mujeres? Seguro que sí… pero lo difícil no es conocerlo, al contrario; lo complicado es reflexionar al respecto: ¿por qué convivo con él o ella?

Si conoces a alguien, por favor reflexiona: ¿Le has hecho saber que esas conductas son perjudiciales? ¿Has hecho algo para sugerirle que cambie su conducta? ¿has denunciado a algún conocido por acoso, abuso o violación? 

Reflexionar y tener una acción en consecuencia a pesar de la cercanía es algo verdaderamente difícil… pero no hacerlo nos vuelve cómplices de la violencia de género, de una o de otra forma.  

Y aguas, porque el problema no está solo en los otros. Aunque nos choque, esto seguro nos checa: como sociedad, somos violentadores de clóset, que no nos damos cuenta que pequeñas acciones, como insinuar que una mujer bella consiguió su trabajo con el “culitito esfuerzo”, e incluso dar por hecho que las mujeres son incapaces o débiles y que por eso hay que protegerlas y mimarlas… hay tantos micromachismos que apartarnos de ellos se vuelve algo muy complicado, pero no imposible. 

Debemos de erradicar la violencia contra la mujer y la violencia en todas sus formas; porque todos somos seres humanos y merecemos vivir en una sociedad equitativa. Porque la lucha por el feminismo también es una forma para dignificar a los hombres, porque en parte se busca conformar una sociedad sin sesgos de género y sin prejuicios en los roles.

(No se hagan que muchos son hombrecitos nomás porque “así hay que ser”, pero les encantaría hacer una que otra cosa más girly, ojo que eso no significa que sean gay, no sean azotados). 

Hoy, muchos nos subimos a las redes sociales para hablar de la empatía, el apoyo y de nuestra consciencia; nos decimos aliados del feminismo y en general de las mujeres… ¿pero lo somos? Espero que tú sí y que cada vez seamos más.